McLuhan
nació en 1911 en Edmonton, Alberta (Canadá) y murió en 1980 en Toronto. Después
de estudiar ingeniería, se decantó por la literatura, disciplina que estudió en
la Universidad de Manitoba, y se doctoró en Cambridge, Inglaterra, en 1943, con
una tesis sobre la poesía inglesa en la época isabelina. Enseñó en varias
universidades de Estados Unidos y Canadá, pero especialmente en el Saint
Michael’s College, de la Universidad de Toronto. De entre sus numerosas obras,
fueron La Galaxia Gutenberg y Comprender los medios de comunicación
las que le proporcionaron fama internacional a partir de la segunda mitad de
los años sesenta. De su biografía, resulta interesante resaltar un par de
aspectos. El primero es que resulta difícil situar a McLuhan dentro del
panorama de las ciencias sociales, aun cuando, como es natural, estuvo sometido
a varias influencias. Por ejemplo, conocemos la relación que mantuvo con Harold
Innis, uno de los fundadores de los estudios de comunicación. Por otro lado, puede
parecer extraño, pero algunos aspectos de su obra concuerdan con la de Herbert
Marcuse, de quien, probablemente, debió recibir alguna influencia, si bien el
marxismo, fundamental en el pensamiento del sociólogo crítico alemán, está
totalmente ausente de la de McLuhan. El segundo aspecto que vale la pena
destacar es que era un buen conocedor de la literatura inglesa y que la enseñó
en varias universidades de Canadá y Estados Unidos. Quizá fue precisamente su
bagaje de conocimientos literarios lo que le ayudó a comprender que estaba
viviendo el final de una época cultural gobernada por la textualidad. El hecho
es que McLuhan fue uno de los primeros autores, aunque el primero, que se dio
cuenta del cambio cultural que suponía la existencia de los nuevos medios
audiovisuales. Sus afirmaciones, a veces provocadoras, a veces crípticas,
originaron adhesiones entusiastas y férreas críticas. Hoy en día, veinticinco
años después de su muerte, después de que su obra se pusiera de moda y de que
haya permanecido en un olvido relativo en los últimos tiempos, parece que
estamos en condiciones de leerla desapasionadamente, juzgándola con el distanciamiento
que proporciona el paso del tiempo.
He aquí
una síntesis y una interpretación de su pensamiento.
LAS
INFLUENCIAS DE LAS TECNOLOGIAS COMUNICATIVAS EN LOS CONTENIDOS QUE TRANSMITEN
El
medio es el mensaje”
McLuhan adopta la concepción elaborada por la
antropología según la cual se considera que hemos creado los instrumentos, las
herramientas, como extensiones del cuerpo humano. El martillo lo sería del
puño; la rueda, de nuestras piernas; unas pinzas, de la mano, y así podríamos
seguir con los diferentes utensilios, tanto materiales como intelectuales, que
constituyen nuestra cultura. Lo altamente significativo, que él remarca de
forma acertada, es que, si hasta ahora los artefactos que incorporábamos a
nuestra vida venían a ampliar las piernas, los brazos y otras partes de nuestro
cuerpo, los medios de comunicación son instrumentos que actúan como extensiones
de nuestro cerebro y de los órganos de la sensibilidad, y éste sería, según su
criterio, un fenómeno nuevo y revolucionario.
La vinculación de los instrumentos con el cuerpo
humano y sus necesidades es una tesis que la antropología cultural ha expresado
ampliamente, pero a la que McLuhan da una dimensión diferente. Nos dice que no
es que los nuevos medios sean puentes entre el hombre y la naturaleza, sino que
son naturaleza, al ser extensiones del cuerpo humano. Y “Los medios como
extensiones del cuerpo humano” es un aforismo que ha adquirido gran
popularidad, pero que me temo que muchos citan sin entender plenamente.
Contribuye a ello que se trata de un mensaje frío que será necesario calentar
–utilizando la terminología propia del mismo autor–.
McLuhan parte de la idea de que los medios, por
ellos mismos, más que los contenidos que transmiten, conforman la mentalidad de
las personas y de la sociedad. De acuerdo con este punto de partida, se afirma
reiteradamente en su obra que el hecho de pasar, en su día, de la oralidad
exclusiva a la textualidad condicionó la naturaleza de la cultura. A partir del
momento en que ocurrió tal fenómeno, la mentalidad de los individuos cambió,
así como también las relaciones sociales y la economía. Es en este sentido que debemos
entender la famosa frase “El medio es el mensaje”. Por ejemplo, la escritura,
como fármaco de la memoria que es, transformó los sistemas de educación y de
conservación del conocimiento; el maquinismo originó efectos en la vida
particular de las personas y de la sociedad en general, con independencia de
los productos concretos que se fabricaran. La luz eléctrica es un medio sin
mensaje y, en cambio, da vida a todos los mensajes y utilidades que se le dan.
El mensaje real de cualquier medio o tecnología es el cambio de escala, de
ritmo o de patrones que origina en los asuntos humanos. El ferrocarril no
introdujo ni el movimiento ni el transporte, sino que aceleró y cambió la
escala del movimiento de personas y mercancías. Así pues, podemos decir que el
mensaje del ferrocarril es la aceleración que provoca en las relaciones humanas.
Pero los medios también son el masaje –y aquí
tenemos otro de sus aforismos–, porque nos penetran por todas partes y en los
diferentes ámbitos de nuestra cultura, formando el ambiente que nos da forma.
El masaje sería el efecto de los medios, es decir, su mensaje. Nos afectan en
la estética, en la moral, en la economía, en la psicología, etc. No pueden
entenderse los cambios sociales si no se tienen en cuenta los cambios de ambiente
que han producido los medios de comunicación. Si se considera que nuestra
privacidad está en peligro es porque el nuevo ambiente de información la
amenaza. La familia está obsoleta, dado que ya no puede ejercer su función
educativa y los medios han ocupado su lugar. Los medios electrónicos han
acabado con las ideas tradicionales de tiempo y espacio. Ahora todo es
inmediato, reproducible, combinable; ya no existe un lugar para cada cosa y un
tiempo para cada acontecimiento. El tiempo y el espacio nos los hacen los
medios, pero también nosotros mismos al poderlos manipular.
CÒMO LOS SENTIDOS Y SUS EXTENSIONES
CONFIGURAN TRES ETAPAS DE LA HUMANIDAD
INTRODUCCION
“Empezamos
a reestructurar los sentimientos y emociones primordiales, de los que nos separan
tres mil años de alfabetización”
A partir de aquí, McLuhan, en una mirada
histórica, describe tres eras de la humanidad: era de comunicación oral, era de
comunicación escrita y era electrónica o aldea global (1).
Conviene recordar que el paso de una a otra era
siempre se ha debido a los cambios en las tecnologías de la comunicación. La
invención del alfabeto señala el fin de la primera etapa de cultura oral; la de
la imprenta de tipo móvil radicaliza las condiciones de esta última etapa;
finalmente, la invención del telégrafo abre las puertas a un proceso de
descubrimientos que culminarán en la televisión. Estas invenciones marcarán los
procesos de cambio que han condicionado nuestra evolución cultural.
CÒMO
LOS SENTIDOS Y SUS EXTENSIONES CONFIGURAN TRES ETAPAS DE LA HUMANIDAD 1) ERA PREALFABETICA, O SOCIEDAD ORAL
“En un
mundo prealfabético las palabras no son signos”
Se trata de los primeros tiempos de la humanidad.
Una era en la que el único medio para la transmisión de los mensajes es la
palabra. No existen procedimientos para la conservación de la información más
allá de la memoria humana. Por ello los actos comunicativos que se realizan
entre emisores y receptores están necesariamente ligados en una unidad de
espacio y de tiempo. Una edad tribal oral que sería como “un estado de
naturaleza” en el que los sentidos se conjugarían de forma armónica, ya que la
palabra disfruta de gran riqueza sensorial. El tiempo y el espacio son
concebidos de modo circular y no como un móvil que va del pasado al futuro,
según la concepción euclidiana. Todo lo que existe en el entorno humano está
integrado en el contexto general y tiene vida. El ser humano de esta era podía
dialogar con las entidades naturales, influir en ellas y negociar con ellas en
tanto seres con vida. No las convertía en mercancías inertes. Pensemos, por
ejemplo, en la magia y el fetichismo: las imágenes no eran representaciones de
seres y fuerzas ocultas, sino que eran esos seres y fuerzas; las frases
rituales tenían poderes; toda la naturaleza tenía intención y estaba viva. Se
trata de una etapa cultural en que todos los órganos de la sensibilidad hacían
su papel, principalmente el oído y el tacto. Debemos recordar que estos órganos
están regulados por el hemisferio derecho del cerebro.
Desde el punto de vista social, se argumenta que
todos los hombres eran iguales en la tribu, ya que el habla es una capacidad
que define a la especie. No había analfabetos. El bagaje cultural estaba
uniformemente repartido. La única diferencia era que los viejos sabían más
cosas que los jóvenes, debido a su dilatada experiencia. Por otro lado, las
relaciones estrictamente orales limitaban la amplitud del grupo humano a la
tribu, a la aldea. La forma de comunicación básica era la comunicación oral, y
las relaciones sociales únicamente tenían lugar cara a cara.
Los seres humanos de la era prealfabética tenían
una visión del mundo de acuerdo con la importancia que tenía el sentido de la
audición. El oído predominaba sobre la visión, lo cual creaba una concepción
del mundo integradora.
COMO
LOS SENTIDOS Y SUS EXTENSIONES CONFIGURAN TRES ETAPAS DE LA HUMANIDAD 2) ERA ALFABETICA, LA CULTURA ESCRITA
“La
escritura es la visualización del espacio acústico. Iluminó la oscuridad”
Esta edad empezó con la introducción del alfabeto
fonético, lo que provocó una ruptura entre el ojo y el oído; y culminó con la
imprenta de tipo móvil como fase final de la cultura alfabética, que nos
introducirá en la denominada Galaxia Gutenberg.
Con la escritura alfabética se pasa de una cultura
basada en la comunicación oral, directa, que favorece las relaciones de tipo
emotivo, a otra en que predomina la racionalidad abstracta. La lectura
privilegia la vista entre el resto de los sentidos. Leer es una actividad
visual que no tan sólo hipertrofia el sentido de la vista, sino que falsea la
armonía de las proporciones de los cinco sentidos. La cultura escrita ha
desestructurado las relaciones que mantenían los diferentes sentidos. Resulta
evidente que el hombre alfabético, y aún más el tipográfico, utilizará cada vez
menos los sentidos del oído, el tacto y el olfato, hasta el punto de que se
producirá una cierta atrofia. Si tomamos como ejemplo el sentido del oído,
deberemos constatar que está saturado por la cantidad de estímulos que no puede
atender. El ruido del ambiente no le aporta ninguna información útil. Es muy
cierto que estos cambios fueron originados por un conjunto de causas, además de
las estrictamente comunicativas, pero McLuhan no las analiza. La sociología de
la cultura nos hablará de la creación de las ciudades y del progresivo
distanciamiento de los hombres occidentales de los ambientes naturales; de los
cambios en los sistemas políticos y muchos otros, en cambio, él se abstraerá.
McLuhan reconoce el gran papel que ha tenido la introducción del alfabeto en el
progreso de la civilización, pero ello no le priva de lamentarse de las
deformaciones mencionadas en el equilibrio sensorial. Para él, el problema
radica en el hecho de que el hombre tipográfico que ha llegado prácticamente
hasta nosotros y que todavía perdura se ha desarrollado en una sola dimensión.
El alfabeto fonético, que ha caracterizado a
nuestra civilización durante toda esta edad, ha introducido una tendencia
analítica que no existía anteriormente o no con la misma fuerza. McLuhan desea
poner en evidencia que los textos favorecen la racionalidad abstracta, el ver
las cosas y el mundo entero como un proceso, la posibilidad de discernir y
clasificar unidades dentro del conjunto que se presenta, en primer lugar, como
complejo. Si el mundo prealfabético tendía a comprender la realidad como una
unidad, el alfabético y su radicalización a través de la imprenta favorecerán
la desmembración de la totalidad en unidades a través de un proceso analítico.
La imprenta de caracteres móviles añade otra
dimensión a esta tendencia analítica: la idea de uniformidad, de
intercambiabilidad y de reproductibilidad ilimitada de las cosas. Sin este
complejo de ideas no hubiera sido posible el desarrollo científico y técnico
que se encuentra en la base de nuestra civilización. La imprenta constituirá la
primera máquina cultural fabricada por medios mecánicos y multiplicará
exponencialmente los efectos que había producido el alfabeto. Los libros, por
un lado, pueden ser de propiedad privada, permitiendo una apropiación
individual de la cultura, pero, por otro, extienden los efectos de la lectura
desde pequeño grupos hasta sectores muy amplios de la sociedad.
La concepción del mundo del hombre alfabético, y
aún más del tipográfico, está marcada por el hecho de la lectura y de su
extensión gracias al libro impreso. El espacio y el tiempo, que habían sido
hasta entonces múltiples y circulares, se ordenan a partir de una cultura que
nos aleja de la tribu. La racionalidad ligada al texto nos introduce en un
espacio euclidiano, medible y ordenable a través de coordinadas, así como en un
tiempo lineal que se distribuye en un antes, un ahora y un después. Se crean
objetos desligados de su contexto, sin alma, inertes, diferentes de los que
existían en otras épocas. Los objetos de ahora son el producto de un diseño
racional y se pueden comprar y vender.
El lenguaje se inscribe en el hemisferio izquierdo
del cerebro.
COMO
LOS SENTIDOS Y SUS EXTENSIONES CONFIGURAN TRES ETAPAS DE LA HUMANIDAD 3) LA ERA ELECTRONICA, LA ALDEA GLOBAL
“Volvemos
al espacio acústico”
“Al superar la escritura hemos
recuperado nuestra TOTALIDAD”
El dominio cultural y social de la escritura ha
sido asaltado por los nuevos medios. El proceso de demolición que empezó con el
telégrafo a mediados del siglo XIX no ha hecho más que fortalecerse con los
nuevos medios, y principalmente con la televisión, que es el último medio que
conoció McLuhan. A través de un siglo y medio hemos podido experimentar el
largo crepúsculo que ha sufrido la imprenta; un crepúsculo que todavía perdura,
porque lo que se ha producido no es una sustitución radical, sino un cambio de
hegemonías, una ampliación del repertorio sensorial. Así pues, después del
largo preámbulo que ha supuesto la imprenta, ahora hemos recuperado lo que
podríamos denominar la armonía sensorial.
El tiempo y el espacio se funden en la física
actual en un espacio-tiempo que nos aproxima a las nociones que tenían los
humanos de nuestra cultura en los tiempos pretéritos y que todavía mantienen
las comunidades no influidas por la cultura occidental. Los medios
audiovisuales obligan a la presencia de emisores y receptores en sendos
espacios, aunque no en una unidad de tiempo. La comunicación escrita no exigía
ni la participación temporal ni tampoco la espacial, y fomentaba un ambiente
propicio a la abstracción. Los circuitos eléctricos han devuelto las relaciones
sensitivas a las etapas primitivas. Como gran síntesis que será necesario
explicar mínimamente, nos dice que imitan el cerebro humano y lo prolongan;
diluyen la racionalidad del texto y promueven el regreso al tribalismo. Los
efectos de los nuevos medios de comunicación alcanzan al mundo entero, de tal
forma que justifican otra de las metáforas que nuestro autor ha popularizado: la
aldea global.
Pero lo que realmente estudia McLuhan en La
Galaxia Gutenberg y Comprender los medios de comunicación, sus obras
fundamentales, es el proceso que nos hace pasar de la era de Gutenberg a la de
la electrónica. Porque no estamos en una era en la que hayamos descartado
totalmente la escritura, y más aún en los años en que nuestro autor realizaba
sus trabajos. Nos hallamos, por lo tanto, en una situación de transición, y es
en dichas situaciones cuando uno es consciente de lo que pierde y todavía no
tiene muy claro qué es lo que gana. Precisamente éste es uno de los motivos que
hacen que autores como McLuhan tengan un especial interés, porque, instalado en
el cambio, nos señalan cuál será la dirección que tomará la nueva cultura.
El final de una etapa nos muestra las
características contrarias a las de sus primeras fases. Una galaxia es
tributaria de la inmediatamente anterior (el libro impreso fue sofocado en una
primera etapa por la cultura que le precedió). La cultura audiovisual ha sido menospreciada
por los intelectuales. No obstante, últimamente los productos de las industrias
culturales han ganado prestigio e influyen en lo que queda de la cultura
tradicional. En las obras posteriores a La Galaxia Gutenberg, que es del
año 1962, su autor se dedica a establecer la configuración de la nueva etapa en
todos los aspectos de la actividad humana, desde el dinero, el tiempo, la
vivienda, el vestido, las historietas y los medios de comunicación de masas. Comprender
los medios de comunicación, publicada en 1964, una de sus obras más
importantes, se dedica a desarrollar precisamente el papel de los medios de
comunicación de masas en la nueva era. En El medio es el masaje, del año
1967, va más lejos y escribe una especie de antilibro, si fuera posible, en el
que nos muestra, más que explica, cómo nos penetran los medios.
LOS MEDIOS Y NUESTROS ORGANOS DE LA SENSIBILIDAD
“Lo
caliente excluye. Lo frío incluye”
Los medios de comunicación de masas nos
introducen, por lo tanto, en un mundo global, y lo hacen según dos
características que McLuhan obtiene del análisis sensorial, calor y frío, con
sus correspondientes exclusión e inclusión. Existen unos criterios básicos que
nos permiten distinguir los diferentes medios según la posibilidad de participación
que ofrecen. Un medio caliente es aquél que se dirige, con gran riqueza de
información –en alta definición a un solo sentido. Los medios calientes, al
estar llenos de información, exigen poca participación del público. La alta
definición es una información que rebosa. Son medios calientes la escritura
alfabética, la radio, el cine y la fotografía. Por su parte, los medios fríos
son pobres en información –de baja definición y, por ello, ricos en
participación. Esto quiere decir que el receptor tiene que poner mucho de su
parte si quiere entender el mensaje. Se dirigen a más de un sentido. Son la
escritura jeroglífica, la televisión, el teléfono y las historietas ilustradas
(el cómic). Denotan calidez afectiva. Siempre permite más participación un
seminario que una conferencia, un diálogo más que un libro. Del mismo modo, el
jazz obliga a participar, mientras que el vals lo permite menos.
Los medios fríos que eran la escritura jeroglífica
y los ideogramas, que todavía conservan algunas lenguas, tienen efectos muy
diferentes de los del caliente alfabeto incorporado por fenicios y griegos. Las
últimas consecuencias del alfabeto se consiguieron con la imprenta. Se rompió
el corporativismo medieval y se crearon las pautas para el individualismo
moderno. El calentamiento extremo del medio llevó al nacionalismo y las guerras
de religión del siglo XVI. También hay ejemplos de épocas más recientes sobre
los efectos de la inclusión y la exclusión que favorecen los medios. El papel
de la mujer cambió y se fragmentó con el industrialismo, las máquinas que
realizaban los trabajos del hogar y las guarderías.
La fotografía es, visualmente, de alta definición.
La historieta ilustrada es de baja definición porque aporta una información
visual más bien pobre. El teléfono es un medio frío, o de baja definición,
porque el oído únicamente percibe una pequeña cantidad de información. Lo mismo
sucede con el habla. Un discurso lingüístico tan sólo puede entenderse si los
receptores lo saben situar en los contextos adecuados para su comprensión. Por
su parte, el cine es caliente porque es un medio que pertenece a la era de
transición. Combina las técnicas mecánica y eléctrica. Está emparentado con la
imprenta porque, en forma de rollos y de guiones, tiende a desarrollar el mundo
real y se muestra muy próximo al libro. Pero el filme, a diferencia del texto,
produce las mismas impresiones que aquello que se vive. En cambio, la
televisión es fría porque, al contrario que el cine, pide al espectador un gran
compromiso. Su imagen es muy pobre al estar formada por un número limitado de
rayas y puntos, y, además, exige la manipulación de botones. Dice McLuhan que
la televisión es una prolongación del sentido del tacto. Esta afirmación puede
sorprender, pero pensemos en la participación que reclama ir más allá del
sentido de la vista. La televisión se hace en el momento en que el espectador
la contempla, mientras que el filme cinematográfico ya está hecho cuando se
proyecta; la primera está formada por acciones y procesos en gestación, el segundo
es historia vivida. Es evidente que lo más genuino de la televisión es el
directo, aunque sea notorio que también permite la transmisión en diferido. En
cambio, el cine necesariamente ha sido grabado con anterioridad.
Pero, más allá de la naturaleza de los medios,
también interviene la del ambiente sobre el que actúan. Así, los efectos de los
medios calientes pueden ser fríos si el receptor es frío. Los individuos de los
países en desarrollo son fríos. En cambio, son calientes los individuos que mantienen
una cultura ligada a la textualidad. Las consecuencias de los medios calientes
o fríos siempre dependen del medio cultural en que se empleen. Al usarse un
medio caliente en una cultura fría, o a la inversa, se producen efectos de
recalentamiento o enfriamiento. Así pues, debemos considerar que las nociones
de frío y caliente deben ser entendidas de forma compleja, al referirse a la
vez al medio y a su ambiente.
LAS LEYES DE LOS MEDIOS
Hacia
fines de su actividad, luego de haber sido criticado una y otra vez por no
proporcionar un fundamento científico a su pensamiento, McLuhan volvió sobre
sus ideas sobre los medios y la tecnología en una obra en colaboración con su
hijo Eric. El nuevo libro, titulado Laws
of Media: The New Science (Leyes de los medios: la nueva ciencia, 1988), fue
publicado ocho años después de la muerte de McLuhan. En èl, McLuhan y su hijo
exponen cuatro leyes de los medios, la afirmación de que son universales y un desafío
a la comunidad científica para que las refute.
¿Cómo
refutarlas? Presentando un caso en el que no se cumplan o un caso que requiera
una quinta ley.
Los
McLuhan sostienen que sus cuatro leyes se aplican a todos los medios. Como
invitacion a aplicarlas a la mayor variedad posible de emprendimientos humanos,
no las presentan como afirmaciones sino como preguntas:
Las
cuatro leyes de los medios.
¿Qué extiende?
¿Qué vuelve obsoleto?
¿Qué recupera?
¿En que revierte?
Se
tiene que recordar que estas leyes no se limitan a los medios de comunicación;
pueden aplicarse a cualquier artefacto, a toda construcción humana, incluso el
lenguaje y sistemas de pensamiento.
Extensión:
En esta formulación se puede remplazar “extiende” por “aumenta”, “refuerza”,
“intensifica”, “hace posible” o “acelera”, según sea el caso.
Ejemplo:
-Una
heladera aumenta la disponibilidad de una amplia variedad de alimentos.
-Una
fotocopiadora posibilita la reproducción de textos a la velocidad de la
imprenta.
-La
computadora acelera la velocidad del cálculo.
Obsolescencia:
La Obsolescencia es consecuencia de la extensión. Cuando un medio cumple su
funcion como extensión del cuerpo o reemplazo de otro medio, partes del entorno
de lo extendido se vuelven obsoletas.
Ejemplo:
-La
heladera volvió obsoleto el trabajo del hielero.
-Cuando
el automóvil reemplazo al caballo, barrio con establos, herreros, talabarteros,
fabricantes de monturas y aparejos, palenques, riendas, carros y coches.
Recuperación:
Anteriores estructuras y entornos o antiguas formas de acción, organización
humana y pensamiento reviven por la introducción de un nuevo medio.
Reversión:
Cuando una tecnología es llevada al limite, o cuando los medios resultan sobrecalentados
o sobreextendidos, pueden adoptar características opuestas a las originales o
generar una función opuesta a la pretendida.
Ejemplo
de las dos características anteriores son:
Palabra hablada
a) Aumenta la conciencia de sí mismo: conciencia de lo que ha dicho otro.
b) Convierte en obsoleto lo subhumano.
c) Recupera la experiencia del pasado.
d) Agrupa la competitividad y la estructura de clases.
Palabra escrita
a) Amplía la autoría privada, al individuo competitivo y orientado hacia un
objetivo.
b) Convierte en obsoleto el argot, los dialectos y la identidad de grupo,
separa la composición y el rendimiento, divorcio de la vista y el oído.
c) Recupera el elitismo tribal, el circuito encantado.
d) Con el asalto del manuscrito a la producción masiva a través de la prensa
llega el público lector corporativo y el “sentido histórico”.
TÈTADRAS MEDIÀTICAS
En su descripción de la interacción de
las leyes de los medios, los McLuhan revelan un modelo dinámico de efectos
entrecruzados característico de toda construcción tecnológica o humana. Con la
forma de un diagrama llamado tétrada, las cuatro leyes pueden verse del
siguiente modo:
EXTENSION
|
REVERSION
|
RECUPERACION
|
OBSOLESCENCIA
|
Extensión y obsolescencia se vinculan como acción y reacción. No sucede lo
mismo con la recuperación y la reversión. Un medio no revierte en su opuesto
porque se haya recuperado una forma más antigua; por el contrario, revierte
porque se lo haya llevado al límite.
Las cualidades complementarias de
estas leyes pueden observarse cuando se las toma en pares, sean horizontales y
verticales.
Ejemplo:
-El alcohol extiende la energía, pero
revierte en depresión.
-El micrófono vuelve obsoleto el
espacio privado y lo revierte en espacio colectivo.
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
No podemos saber QUÈ dejamos de notar si no nos
preguntamos POR QUÈ no notamos mas cosas del mundo. Aquí es donde entran las
enseñanzas de McLuhan sobre medios y entornos. A McLuhan no le importa si
hacemos preguntas diferentes y obtenemos respuestas a las de él, siempre y
cuando descubramos algo acerca de nuestro mundo y lo que está pasando en el.
OBRAS DE Mc LUHAN
(1951) The
Mechanical Bride: The Folklore of Industrial Man (La novia mecánica: Folklore del hombre industrial) Nueva York: Vanguard Press.
(1960) Explorations in
Communication, Edmund Carpenter y Marshall McLuhan (comp.). Boston:
Beacon Press. Edición castellana (1974): El aula sin muros. Barcelona:
Editorial Laia.
(1962) The Gutenberg
Galaxy: The Making of Rypographic man. (La galaxia de Gutenberg: La construcción del hombre tipográfico)Toronto: University of Toronto Press. Versión
catalana (1972): La Galàxia Gutenberg. La formació de l’home tipogràfic.
Barcelona: Edicions 62. Versión castellana (1969): La Galaxia Gutenberg. La
formación del homo tipográfico. Madrid: Aguilar.
(1964) Understanding
Media. The Extensions of Man (Comprender los
medios de comunicación. Las extensiones del hombre) Cambridge, Massachusetts:
The MIT Press. Edición castellana (1996): Comprender los medios de
comunicación. Las extensiones del ser humano. Barcelona: Paidós.
(1964) Voices of
Literature, vol. 1. Toronto y Montreal: Holt, Richard and Winston of Canada.
(1965) Voices of
Literature, vol. 2. Toronto y Montreal: Holt, Richard and Winston of Canada.
(1967) The Medium is the Massage: An Inventory of
Effects. (El medio es el mensaje. Inventario de efectos), con Quentin Fiore. Nueva
York: Bantam Books. Edición castellana (1995): El medio es el masaje: un
inventario de efectos. Barcelona: Paidós.
(1967) McLuhan: Hot and
Cool (comp.). Gerald S. Stern. Nueva York: New American Library, Signet Books.
(1968) Through the
Vanishing Point: Space in Poetry and in Painting. (A
través del punto de fuga. El espacio en la poesía y la pintura), con Harley
Parker. Nueva
York: Harper and Row.
(1968) War and Peace in the Global Village (Guerra
y paz en la aldea global. Inventario de situaciones espasmódicas actuales que podrían
evitarse con mas feedforward), con Quentin Fiore. Nueva York: Bantam Books.
Edición catellana (1985): Guerra y paz en la aldea global. Barcelona: Planeta
Agostini.
(1969) The Interior
Landscape: The Literary Criticism of Marshall McLuhan (El paisaje interior. La
critica literaria de Marshall McLuhan), 1943-1962, compilación e introducción
de Eugene McNamara. Nueva York: McGraw-Hill.
(1969) Counterblast (Contra explosión),Toronto: McClelland and Steward.
(1969) McLuhan: Pro and
Con, Raymond Rosenthal (comp.). Nueva York: Pelican Books.
(1970) From Cliche to
Archetype, con Wilfred Watson. Nueva York: Viking Press.
(1970) Cultur Is Our Business (La cultura es
nuestro negocio), Nueva York: McGraw-Hill.
(1972) Take Today: The
Executive as Droupot (Toma hoy. El ejecutivo como marginal), con Barrington
Nevitt. Nueva York: Harcourt Brace Jovanovitch.
(1977) City as Classroom:
Understanding Language and Media (La ciudad como aula. Para
entender el lenguaje y los medios), con Kathryn Hutchon y Eric McLuhan. Agincourt, Ontario: The Book Society of Canada.
(1977) D’oeil à oreille.
Montreal: Éditions Hurtubise HMH.
(1977) Autre homme autre
chrétien à l’âge electronique, con Pierre Babin. Lyon: Éditions du Chalet.
(1987) Letters of Marshall
McLuhan (Correspondencia de Marshall McLuhan), Matie Molinaro, Corinne McLuhan
y William Toye (comp.). Toronto: Oxford University Press.
(1988) Laws of Media: The New Science (Leyes de
los medios. La nueva ciencia), con Eric McLuhan. Toronto: University of Toronto Press.
(1989) The Global Village
(La aldea global), con Bruce Powers. Nueva
York y Oxford: Oxford University Press. Edición castellana (1996): La aldea
global. Barcelona:
Gedisa.
(1989) Marshall McLuhan:
The Man and his Message, con George Sanderson y Frank MacDonald (comp.). Golden,
Colorado: Fulcrum.